Ángela Becerra. 2004.
Llegué a esta novela romántica por recomendación de un amigo, y si bien no es un género que yo prefiera, tengo que reconocer que me ha encantado leerla, motivando como hace mucho que no me pasaba a estar desesperado por saber como terminaba.
Y esto sucede con los buenos libros, a medida que uno los lee quiere seguir y seguir, para ver a donde nos lleva la historia.
Esta joven escritora colombiana, de la cual yo no tenía ni siquiera referencias, sabe como mantener al lector en vilo, y de la misma manera hace que uno se involucre en la novela con la angustia de vivir en carne propia este trágico drama de amor.
Obviamente no tiene la prosa de un García Márquez, pero no tiene nada que envidiar a muchos autores famosos que apelan a formulas parecidas, y son terriblemente exitosos, como Isabel Allende, por citar alguno.
Como una pequeña critica se puede tal vez objetar que algunas partes son demasiado poco creíbles, sobre todo a que jóvenes adolescentes puedan ser tan fieles a sus promesas a través de los años, pero toda esta exageración esta enmarcada en la ingenuidad propia de la época pasada, donde la lealtad y la ética eran de practica común.
La historia comienza con el descubrimiento de los cadáveres de dos ancianos vestidos con ropa de boda, abrazados en la cocina de un departamento, victimas de una intoxicación con gas en un aparente pacto suicida.
La hija de la anciana, extrañada con la decisión de su madre, y absolutamente desconcertada por el hecho de no conocer al anciano y los motivos para suicidarse que ambos tenían, decide investigar el porque.
Joan Dolgut y Soledad Urdaneta, que así se llamaban los amantes, poca a poco, a través de los descubrimientos de sus hijos, nos van contando una trágica historia de amor, frustrada por las diferencias sociales de la época y que supo de persecuciones y desencuentros.
Catalán él, y colombiana ella, se conocieron en Francia en uno de los viajes de placer que acostumbraba hacer la familia de Urdaneta al viejo continente. Joan era camarero en el hotel donde se alojaban, y la relación fue prohibida por el padre de ella, un poderoso industrial colombiano, que solo veía una capricho de su hija en esta amor adolescente.
El libro relata la época de la guerra y la posguerra con notable maestría, mostrando los padecimientos de los protagonistas en este tramo del siglo.
Aurora, así se llama la hija de la anciana, va desentrañando una historia que pocos conocían, y a medida que descubre la personalidad de su madre, empieza a cambiar la visión de su propia vida para tomar decisiones con respecto a sus verdaderos sentimientos.
Hay algunas partes del relato, muy bien logradas que parecen hacernos escuchar las notas del piano que Joan tocaba para su amada Soledad.
En resumen, una novela muy entretenida, que conmueve y sensibiliza, pero que a su vez deja un mensaje contundente con respecto al valor del amor en nuestras vidas.
Mi puntuación: 9 puntos.
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