Para empezar diré que es ante todo laaaaarga.
No hay ninguna duda que más que una novela de intriga, es una historia de historiadores escrita por historiadores.
La trama principal es un rastreo entre bibliotecas, museos, monasterios y otras yerbas, de textos que tengan relación con la vida de Vlad Tepes, un sanguinario monarca del siglo XIV que gobernó Valaquia, hoy Transilvania. Mas allá de su interesante biografía, que incluye torturas, empalamientos y varias otras atrocidades, fue este siniestro personaje quien dio vida a la leyenda de Drácula, el archifamoso chupasangre.
A esta altura del partido, no creo que haya nadie en el mundo que no sepa de que se trata, incluyendo las estacas, balas de plata, crucifijos y las riestras de ajo para combatirlo. Por eso, la novela tiene algunos momentos bien logrados y sin ser brillante el tema es entretenido y se deja leer.
Sin embargo, la autora tiene muchos problemas para transmitir lo que quiere decir. Esta pobreza de redacción influye en los instantes de máxima tensión, donde queda expuesto que carece de oficio para sacarle mas rédito.
La historia esta centrada en una relación entre padre e hija, historiadores ambos, y un secreto que este va revelando poco a poco a medida que su hija va creciendo.
Por intermedio de confesiones primero y cartas después, la protagonista se entera de que sus padres recorrieron toda Europa Oriental, en época de la cortina comunista, tras los pasos de otro historiador, el profesor Rossi, creyéndolo en un grave peligro.
Esta aventura se convierte en pesadilla al descubrir que el famoso Drácula, todavía sigue haciendo de las suyas, y que de ninguna manera va a dejar que lo descubran.
El relato prosigue en el presente, donde la trama tiene un final abierto.
Repito, la idea es original y dentro de un tema muy trillado, es interesante y llevadera. Pero la narración es menor, confusa y le sobran muchas páginas. Recomendable solo para adolescentes que disfrutan del género en una tarde de lluvia.
Mi puntuación: 5 puntos.
La trama principal es un rastreo entre bibliotecas, museos, monasterios y otras yerbas, de textos que tengan relación con la vida de Vlad Tepes, un sanguinario monarca del siglo XIV que gobernó Valaquia, hoy Transilvania. Mas allá de su interesante biografía, que incluye torturas, empalamientos y varias otras atrocidades, fue este siniestro personaje quien dio vida a la leyenda de Drácula, el archifamoso chupasangre.
A esta altura del partido, no creo que haya nadie en el mundo que no sepa de que se trata, incluyendo las estacas, balas de plata, crucifijos y las riestras de ajo para combatirlo. Por eso, la novela tiene algunos momentos bien logrados y sin ser brillante el tema es entretenido y se deja leer.
Sin embargo, la autora tiene muchos problemas para transmitir lo que quiere decir. Esta pobreza de redacción influye en los instantes de máxima tensión, donde queda expuesto que carece de oficio para sacarle mas rédito.
La historia esta centrada en una relación entre padre e hija, historiadores ambos, y un secreto que este va revelando poco a poco a medida que su hija va creciendo.
Por intermedio de confesiones primero y cartas después, la protagonista se entera de que sus padres recorrieron toda Europa Oriental, en época de la cortina comunista, tras los pasos de otro historiador, el profesor Rossi, creyéndolo en un grave peligro.
Esta aventura se convierte en pesadilla al descubrir que el famoso Drácula, todavía sigue haciendo de las suyas, y que de ninguna manera va a dejar que lo descubran.
El relato prosigue en el presente, donde la trama tiene un final abierto.
Repito, la idea es original y dentro de un tema muy trillado, es interesante y llevadera. Pero la narración es menor, confusa y le sobran muchas páginas. Recomendable solo para adolescentes que disfrutan del género en una tarde de lluvia.
Mi puntuación: 5 puntos.
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